LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO Á LOS ROMANOS
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Capítulo 1
- 1:1
- PABLO, siervo de Jesucristo, llamado á ser apóstol, apartado para el
evangelio de Dios,
- 1:2
- Que Él había antes prometido por sus profetas en las santas Escrituras,
- 1:3
- Acerca de su Hijo, (que fué hecho de la simiente de David según la carne;
- 1:4
- El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de
santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro,
- 1:5
- Por el cual recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia de la
fe en todas las naciones en su nombre,
- 1:6
- Entre las cuales sois también vosotros, llamados de Jesucristo:
- 1:7
- A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos: Gracia y
paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
- 1:8
- Primeramente, doy gracias á mi Dios por Jesucristo acerca de todos
vosotros, de que vuestra fe es predicada en todo el mundo.
- 1:9
- Porque testigo me es Dios, al cual sirvo en mi espíritu en el evangelio de
su Hijo, que sin cesar me acuerdo de vosotros siempre en mis oraciones,
- 1:10
- Rogando, si al fin algún tiempo haya de tener, por la voluntad de Dios,
próspero viaje para ir á vosotros.
- 1:11
- Porque os deseo ver, para repartir con vosotros algún don espiritual, para
confirmaros;
- 1:12
- Es á saber, para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe
vuestra y juntamente mía.
- 1:13
- Mas no quiero, hermanos, que ingnoréis que muchas veces me he propuesto ir
á vosotros (empero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre
vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles.
- 1:14
- A Griegos y á bárbaros, á sabios y á no sabios soy deudor.
- 1:15
- Así que, cuanto á mí, presto estoy á anunciar el evangelio también á
vosotros que estáis en Roma.
- 1:16
- Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para
salud á todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego.
- 1:17
- Porque en Él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está
escrito: Mas el justo vivirá por la fe.
- 1:18
- Porque manifiesta es la ira de Dios del cielo contra toda impiedad é
injusticia de los hombres, que detienen la verdad con injusticia:
- 1:19
- Porque lo que de Dios se conoce, á ellos es manifiesto; porque Dios se lo
manifestó.
- 1:20
- Porque las cosas invisibles de Él, su eterna potencia y divinidad, se
echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que
son hechas; de modo que son inexcusables:
- 1:21
- Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron
gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos
fué entenebrecido.
- 1:22
- Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos,
- 1:23
- Y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de
hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes.
- 1:24
- Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las concupiscencias
de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre sí mismos:
- 1:25
- Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo á
las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
- 1:26
- Por esto Dios los entregó á afectos vergonzosos; pues aun sus mujeres
mudaron el natural uso en el uso que es contra naturaleza:
- 1:27
- Y del mismo modo también los hombres, dejando el uso natural de las
mujeres, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros,
cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la
recompensa que convino á su extravío.
- 1:28
- Y como á ellos no les pareció tener á Dios en su noticia, Dios los entregó
á una mente depravada, para hacer lo que no conviene,
- 1:29
- Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de
avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de
engaños, de malignidades;
- 1:30
- Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios,
altivos, inventores de males, desobedientes á los padres,
- 1:31
- Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia:
- 1:32
- Que habiendo entendido el juicio de Dios que los que hacen tales cosas son
dignos de muerte, no sólo las hacen, más aún consienten á los que las hacen.
Capítulo 2
- 2:1
- POR lo cual eres inexcusable, oh hombre, cualquiera que juzgas: porque en
lo que juzgas á otro, te condenas á ti mismo; porque lo mismo haces, tú que
juzgas.
- 2:2
- Mas sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que hacen
tales cosas.
- 2:3
- ¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas á los que hacen tales cosas, y
haces las mismas, que tú escaparás del juicio de Dios.?
- 2:4
- ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia, y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía á arrepentimiento?
- 2:5
- Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo
ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios;
- 2:6
- El cual pagará á cada uno conforme á sus obras:
- 2:7
- A los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e
inmortalidad, la vida eterna.
- 2:8
- Mas á los que son contenciosos, y no obedecen á la verdad, antes obedecen
á la injusticia, enojo é ira;
- 2:9
- Tribulación y angustia sobre toda persona humana que obra lo malo, el
Judío primeramente, y también el Griego.
- 2:10
- Mas gloria y honra y paz á cualquiera que obra el bien, al Judío
primeramente, y también al Griego.
- 2:11
- Porque no hay acepción de personas para con Dios.
- 2:12
- Porque todos lo que sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y todos
los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados:
- 2:13
- Porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, mas los
hacedores de la ley serán justificados.
- 2:14
- Porque los Gentiles que no tienen ley, naturalmente haciendo lo que es de
la ley, los tales, aunque no tengan ley, ellos son ley á sí mismos:
- 2:15
- Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio
juntamente sus conciencias, y acusándose y también excusándose sus
pensamientos unos con otros;
- 2:16
- En el día que juzgará el Señor lo encubierto de los hombres, conforme á mi
evangelio, por Jesucristo.
- 2:17
- He aquí, tú tienes el sobrenombre de Judío, y estás reposado en la ley, y
te glorías en Dios,
- 2:18
- Y sabes su voluntad, y apruebas lo mejor, instruído por la ley;
- 2:19
- Y confías que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
- 2:20
- Enseñador de los que no saben, maestro de niños, que tienes la forma de la
ciencia y de la verdad en la ley:
- 2:21
- Tú pues, que enseñas á otro, ¿no te enseñas á ti mismo? ¿Tú, que predicas
que no se ha de hurtar, hurtas?
- 2:22
- ¿Tú, que dices que no se ha de adulterar, adulteras? ¿Tú, que abominas los
ídolos, cometes sacrilegio?
- 2:23
- ¿Tú, que te jactas de la ley, con infracción de la ley deshonras á Dios?
- 2:24
- Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los
Gentiles, como está escrito.
- 2:25
- Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; mas si
eres rebelde á la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.
- 2:26
- De manera que, si el incircunciso guardare las justicias de la ley, ¿no
será tenida su incircuncisión por circuncisión?
- 2:27
- Y lo que de su natural es incircunciso, guardando perfectamente la ley, te
juzgará á ti, que con la letra y con la circuncisión eres rebelde á la ley.
- 2:28
- Porque no es Judío el que lo es en manifiesto; ni la circuncisión es la
que es en manifiesto en la carne:
- 2:29
- Mas es Judío el que lo es en lo interior; y la circuncisión es la del
corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es de los hombres,
sino de Dios.
Capítulo 3
- 3:1
- ¿QUÉ, pues, tiene más el Judío? ¿ó qué aprovecha la circuncisión?,
- 3:2
- Mucho en todas maneras. Lo primero ciertamente, que la palabra de Dios les
ha sido confiada.
- 3:3
- ¿Pues qué si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿la incredulidad de
ellos habrá hecho vana la verdad de Dios?
- 3:4
- En ninguna manera; antes bien sea Dios verdadero, mas todo hombre
mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus dichos, Y
venzas cuando de ti se juzgare.
- 3:5
- Y si nuestra iniquidad encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será
injusto Dios que da castigo? (hablo como hombre.)
- 3:6
- En ninguna manera: de otra suerte ¿cómo juzgaría Dios el mundo?
- 3:7
- Empero si la verdad de Dios por mi mentira creció á gloria suya, ¿por qué
aun así yo soy juzgado como pecador?
- 3:8
- ¿Y por qué no decir (como somos blasfemados, y como algunos dicen que
nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? la condenación de los
cuales es justa.
- 3:9
- ¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos
acusado á Judíos y á Gentiles, que todos están debajo de pecado.
- 3:10
- Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
- 3:11
- No hay quien entienda, No hay quien busque á Dios;
- 3:12
- Todos se apartaron, á una fueron hechos inútiles; No hay quien haga lo
bueno, no hay ni aun uno:
- 3:13
- Sepulcro abierto es su garganta; Con sus lenguas tratan engañosamente;
Veneno de áspides está debajo de sus labios;
- 3:14
- Cuya boca está llena de maledicencia y de amargura;
- 3:15
- Sus pies son ligeros á derramar sangre;
- 3:16
- Quebrantamiento y desventura hay en sus caminos;
- 3:17
- Y camino de paz no conocieron:
- 3:18
- No hay temor de Dios delante de sus ojos.
- 3:19
- Empero sabemos que todo lo que la ley dice, á los que están en la ley lo
dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete á Dios:
- 3:20
- Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de Él;
porque por la ley es el conocimiento del pecado.
- 3:21
- Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada
por la ley y por los profetas:
- 3:22
- La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en
Él: porque no hay diferencia;
- 3:23
- Por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios;
- 3:24
- Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en
Cristo Jesús;
- 3:25
- Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para
manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia,
los pecados pasados,
- 3:26
- Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que Él sea el
justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
- 3:27
- ¿Dónde pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras?
No; mas por la ley de la fe.
- 3:28
- Así que, concluímos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la
ley.
- 3:29
- ¿Es Dios solamente Dios de los Judíos? ¿No es también Dios de los
Gentiles? Cierto, también de los Gentiles.
- 3:30
- Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe la circuncisión, y por
medio de la fe la incircuncisión.
- 3:31
- ¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos
la ley.
Capítulo 4
- 4:1
- ¿QUÉ, pues, diremos que halló Abraham nuestro padre según la carne?
- 4:2
- Que si Abraham fué justificado por la obras, tiene de qué gloriarse; mas
no para con Dios.
- 4:3
- Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyó Abraham á Dios, y le fué atribuído
á justicia.
- 4:4
- Empero al que obra, no se le cuenta el salario por merced, sino por deuda.
- 4:5
- Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es
contada por justicia.
- 4:6
- Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye
justicia sin obras,
- 4:7
- Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y
cuyos pecados son cubiertos.
- 4:8
- Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado.
- 4:9
- ¿Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisión ó también en la
incircuncisión? porque decimos que á Abraham fué contada la fe por justicia.
- 4:10
- ¿Cómo pues le fué contada? ¿en la circuncisión, ó en la incircuncisión? No
en la circuncisión, sino en la incircuncisión.
- 4:11
- Y recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la fe que
tuvo en la incircuncisión: para que fuese padre de todos los creyentes no
circuncidados, para que también á ellos les sea contado por justicia;
- 4:12
- Y padre de la circuncisión, no solamente á los que son de la circuncisión,
más también á los que siguen las pisadas de la fe que fué en nuestro padre
Abraham antes de ser circuncidado.
- 4:13
- Porque no por la ley fué dada la promesa á Abraham ó á su simiente, que
sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
- 4:14
- Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y
anulada es la promesa.
- 4:15
- Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
- 4:16
- Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea
firme á toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es
de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
- 4:17
- (Como está escrito: Que por padre de muchas gentes te he puesto) delante
de Dios, al cual creyó; el cual da vida á los muertos, y llama las cosas que
no son, como las que son.
- 4:18
- El creyó en esperanza contra esperanza, para venir á ser padre de muchas
gentes, conforme á lo que le había sido dicho: Así será tu simiente.
- 4:19
- Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto (siendo ya
de casi cien años,) ni la matriz muerta de Sara;
- 4:20
- Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fué esforzado
en fe, dando gloria á Dios,
- 4:21
- Plenamente convencido de que todo lo que había prometido, era también
poderoso para hacerlo.
- 4:22
- Por lo cual también le fué atribuído á justicia.
- 4:23
- Y no solamente por Él fué escrito que le haya sido imputado;
- 4:24
- Sino también por nosotros, á quienes será imputado, esto es, á los que
creemos en el que levantó de los muertos á Jesús Señor nuestro,
- 4:25
- El cual fué entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra
justificación
Capítulo 5
- 5:1
- JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo:
- 5:2
- Por el cual también tenemos entrada por la fe á esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
- 5:3
- Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que
la tribulación produce paciencia;
- 5:4
- Y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
- 5:5
- Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
- 5:6
- Porque Cristo, cuando aún éramos flacos, á su tiempo murió por los impíos.
- 5:7
- Ciertamente apenas muere alguno por un justo: con todo podrá ser que
alguno osara morir por el bueno.
- 5:8
- Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.
- 5:9
- Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por Él seremos salvos de
la ira.
- 5:10
- Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliado con Dios por la muerte de
su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
- 5:11
- Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación.
- 5:12
- De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró
en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á
todos los hombres, pues que todos pecaron.
- 5:13
- Porque hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa
pecado no habiendo ley.
- 5:14
- No obstante, reinó la muerte desde Adam hasta Moisés, aun en los que no
pecaron á la manera de la rebelión de Adam; el cual es figura del que había de
venir.
- 5:15
- Mas no como el delito, tal fué el don: porque si por el delito de aquel
uno murieron los muchos, mucho más abundó la gracia de Dios á los muchos, y el
don por la gracia de un hombre, Jesucristo.
- 5:16
- Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el
juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de
muchos delitos para justificación.
- 5:17
- Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en
vida por un Jesucristo los que reciben la abundancia de gracia, y del don de
la justicia.
- 5:18
- Así que, de la manera que por un delito vino la culpa á todos los hombres
para condenación, así por una justicia vino la gracia á todos los hombres para
justificación de vida.
- 5:19
- Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron
constituídos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán
constituídos justos.
- 5:20
- La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado
creció, sobrepujó la gracia;
- 5:21
- Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la
gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro.
Capítulo 6
- 6:1
- ¿PUES qué diremos? Perseveraremos en pecado para que la gracia crezca?
- 6:2
- En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos
aún en Él?
- 6:3
- ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos
bautizados en su muerte?
- 6:4
- Porque somos sepultados juntamente con Él á muerte por el bautismo; para
que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en novedad de vida.
- 6:5
- Porque si fuimos plantados juntamente en Él á la semejanza de su muerte,
así también lo seremos á la de su resurrección:
- 6:6
- Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con Él,
para que el cuerpo del pecado sea deshecho, á fin de que no sirvamos más al
pecado.
- 6:7
- Porque el que es muerto, justificado es del pecado.
- 6:8
- Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con Él;
- 6:9
- Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no
muere: la muerte no se enseñoreará más de Él.
- 6:10
- Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, á Dios
vive.
- 6:11
- Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas
vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
- 6:12
- No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis
en sus concupiscencias;
- 6:13
- Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de
iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros
miembros á Dios por instrumentos de justicia.
- 6:14
- Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la
ley, sino bajo la gracia.
- 6:15
- ¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo de la ley, sino bajo de la
gracia? En ninguna manera.
- 6:16
- ¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para
obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para
muerte, ó de la obediencia para justicia?
- 6:17
- Empero gracias á Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis
obedecido de corazón á aquella forma de doctrina á la cual sois entregados;
- 6:18
- Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia.
- 6:19
- Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para
iniquidad presentasteis vuestros miembros á servir á la inmundicia y á la
iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros á servir á la
justicia.
- 6:20
- Porque cuando fuisteis siervos del pecado, erais libres acerca de la
justicia.
- 6:21
- ¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os
avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte.
- 6:22
- Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por
vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna.
- 6:23
- Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor nuestro.
Capítulo 7
- 7:1
- ¿IGNORÁIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la ley se
enseñorea del hombre entre tanto que vive?
- 7:2
- Porque la mujer que está sujeta á marido, mientras el marido vive está
obligada á la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido.
- 7:3
- Así que, viviendo el marido, se llamará adúltera si fuere de otro varón;
mas si su marido muriere, es libre de la ley; de tal manera que no será
adúltera si fuere de otro marido.
- 7:4
- Así también vosotros, hermanos míos, estáis muertos á la ley por el cuerpo
de Cristo, para que seáis de otro, á saber, del que resucitó de los muertos, á
fin de que fructifiquemos á Dios.
- 7:5
- Porque mientras estábamos en la carne, los afectos de los pecados que eran
por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando para muerte.
- 7:6
- Mas ahora estamos libres de la ley, habiendo muerto á aquella en la cual
estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en vejez
de letra.
- 7:7
- ¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no
conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia,
si la ley no dijera: No codiciarás.
- 7:8
- Mas el pecado, tomando ocasión, obró en mí por el mandamiento toda
concupiscencia: porque sin la ley el pecado está muerto.
- 7:9
- Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento,
el pecado revivió, y yo morí.
- 7:10
- Y hallé que el mandamiento, á intimado para vida, para mí era mortal:
- 7:11
- Porque el pecado, tomando ocasión, me engañó por el mandamiento, y por Él
me mató.
- 7:12
- De manera que la ley á la verdad es santa, y el mandamiento santo, y
justo, y bueno.
- 7:13
- ¿Luego lo que es bueno, á mí me es hecho muerte? No; sino que el pecado,
para mostrarse pecado, por lo bueno me obró la muerte, haciéndose pecado
sobremanera pecante por el mandamiento.
- 7:14
- Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á
sujeción del pecado.
- 7:15
- Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que
aborrezco, aquello hago.
- 7:16
- Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
- 7:17
- De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mí.
- 7:18
- Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo
el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
- 7:19
- Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.
- 7:20
- Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí.
- 7:21
- Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en
mí.
- 7:22
- Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios:
- 7:23
- Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi
espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
- 7:24
- ¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?
- 7:25
- Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la
mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.
Capítulo 8
- 8:1
- AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.
- 8:2
- Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley
del pecado y de la muerte.
- 8:3
- Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne,
Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado,
condenó al pecado en la carne;
- 8:4
- Para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos
conforme á la carne, mas conforme al espíritu.
- 8:5
- Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne
se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu.
- 8:6
- Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu,
vida y paz:
- 8:7
- Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se
sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.
- 8:8
- Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios.
- 8:9
- Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,
el tal no es de Él.
- 8:10
- Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á
causa del pecado; mas el espíritu vive á causa de la justicia.
- 8:11
- Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora en
vosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
- 8:12
- Así que, hermanos, deudores somos, no á la carne, para que vivamos
conforme á la carne:
- 8:13
- Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis; mas si por el espíritu
mortificáis las obras de la carne, viviréis.
- 8:14
- Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son
hijos de Dios.
- 8:15
- Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez
en temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos,
Abba, Padre.
- 8:16
- Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos
de Dios.
- 8:17
- Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo;
si empero padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos
glorificados.
- 8:18
- Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de
comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
- 8:19
- Porque el continuo anhelar de las criaturas espera la manifestación de los
hijos de Dios.
- 8:20
- Porque las criaturas sujetas fueron á vanidad, no de grado, mas por causa
del que las sujetó con esperanza,
- 8:21
- Que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de
corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
- 8:22
- Porque sabemos que todas las criaturas gimen á una, y á una están de parto
hasta ahora.
- 8:23
- Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias
del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la
adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo.
- 8:24
- Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve, no es
esperanza; porque lo que alguno ve, ¿á qué esperarlo?
- 8:25
- Empero si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos.
- 8:26
- Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por
nosotros con gemidos indecibles.
- 8:27
- Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu,
porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos.
- 8:28
- Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es
á saber, á los que conforme al propósito son llamados.
- 8:29
- Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos
conformes á la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos;
- 8:30
- Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á éstos
también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.
- 8:31
- ¿Pues qué diremos á esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?
- 8:32
- El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?
- 8:33
- ¿Quién acusará á los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
- 8:34
- ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que
también resucitó, quien además está á la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros.
- 8:35
- ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? ó angustia? ó
persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo?
- 8:36
- Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: Somos
estimados como ovejas de matadero.
- 8:37
- Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que
nos amó.
- 8:38
- Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
- 8:39
- Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Capítulo 9
- 9:1
- VERDAD digo en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el
Espíritu Santo,
- 9:2
- Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
- 9:3
- Porque deseara yo mismo ser apartado de Cristo por mis hermanos, los que
son mis parientes según la carne;
- 9:4
- Que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto,
y la data de la ley, y el culto, y las promesas;
- 9:5
- Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es
Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
- 9:6
- No empero que la palabra de Dios haya faltado: porque no todos los que son
de Israel son Israelitas;
- 9:7
- Ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; mas: En Isaac te será
llamada simiente.
- 9:8
- Quiere decir: No los que son hijos de la carne, éstos son los hijos de
Dios; mas los que son hijos de la promesa, son contados en la generación.
- 9:9
- Porque la palabra de la promesa es esta: Como en este tiempo vendré, y
tendrá Sara un hijo.
- 9:10
- Y no sólo esto; mas también Rebeca concibiendo de uno, de Isaac nuestro
padre,
- 9:11
- (Porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para
que el propósito de Dios conforme á la elección, no por las obras sino por el
que llama, permaneciese;)
- 9:12
- Le fué dicho que el mayor serviría al menor.
- 9:13
- Como está escrito: A Jacob amé, mas á Esaú aborrecí.
- 9:14
- ¿Pues qué diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.
- 9:15
- Mas á Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia, y me
compadeceré del que me compadeceré.
- 9:16
- Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene
misericordia.
- 9:17
- Porque la Escritura dice de Faraón: Que para esto mismo te he levantado,
para mostrar en ti mi potencia, y que mi nombre sea anunciado por toda la
tierra.
- 9:18
- De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere,
endurece.
- 9:19
- Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá á su
voluntad?
- 9:20
- Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el
vaso de barro al que le labró: ¿Por qué me has hecho tal?
- 9:21
- ¿O no tiene potestad el alfarero para hacer de la misma masa un vaso para
honra, y otro para vergüenza?
- 9:22
- ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notoria su potencia,
soportó con mucha mansedumbre los vasos de ira preparados para muerte,
- 9:23
- Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, mostrólas para con los
vasos de misericordia que Él ha preparado para gloria;
- 9:24
- Los cuales también ha llamado, es á saber, á nosotros, no sólo de los
Judíos, mas también de los Gentiles?
- 9:25
- Como también en Oseas dice: Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mío; Y
á la no amada, amada.
- 9:26
- Y será, que en el lugar donde les fué dicho: Vosotros no sois pueblo mío:
Allí serán llamados hijos del Dios viviente.
- 9:27
- También Isaías clama tocante á Israel: Si fuere el número de los hijos de
Israel como la arena de la mar, las reliquias serán salvas:
- 9:28
- Porque palabra consumadora y abreviadora en justicia, porque palabra
abreviada, hará el Señor sobre la tierra.
- 9:29
- Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera
dejado simiente, Como Sodoma habríamos venido á ser, y á Gomorra fuéramos
semejantes.
- 9:30
- ¿Pues qué diremos? Que los Gentiles que no seguían justicia, han alcanzado
la justicia, es á saber, la justicia que es por la fe;
- 9:31
- Mas Israel que seguía la ley de justicia, no ha llegado á la ley de
justicia.
- 9:32
- ¿Por qué? Porque la seguían no por fe, mas como por las obras de la ley:
por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo,
- 9:33
- Como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo, y piedra de
caída; Y aquel que creyere en ella, no será avergonzado.
Capítulo 10
- 10:1
- HERMANOS, ciertamente la voluntad de mi corazón y mi oración á Dios sobre
Israel, es para salud.
- 10:2
- Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme á
ciencia.
- 10:3
- Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado á la justicia de Dios.
- 10:4
- Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia á todo aquel que cree.
- 10:5
- Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: Que el hombre que
hiciere estas cosas, vivirá por ellas.
- 10:6
- Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién
subirá al cielo? (esto es, para traer abajo á Cristo:)
- 10:7
- O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver á traer á Cristo de
los muertos.)
- 10:8
- Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta
es la palabra de fe, la cual predicamos:
- 10:9
- Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
- 10:10
- Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace
confesión para salud.
- 10:11
- Porque la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será
avergonzado.
- 10:12
- Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es
Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan:
- 10:13
- Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
- 10:14
- ¿Cómo, pues invocarán á aquel en el cual no han creído? ¿y cómo creerán á
aquel de quien no han oído? ¿y cómo oirán sin haber quien les predique?
- 10:15
- ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán
hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, de los que
anuncian el evangelio de los bienes!
- 10:16
- Mas no todos obedecen al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha
creído á nuestro anuncio?
- 10:17
- Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios.
- 10:18
- Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la fama
de ellos, Y hasta los cabos de la redondez de la tierra las palabras de ellos.
- 10:19
- Mas digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os
provocaré á celos con gente que no es mía; Con gente insensata os provocaré á
ira.
- 10:20
- E Isaías determinadamente dice: Fuí hallado de los que no me buscaban;
Manifestéme á los que no preguntaban por mí.
- 10:21
- Mas acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos á un pueblo
rebelde y contradictor.
Capítulo 11
- 11:1
- DIGO pues: ¿Ha desechado Dios á su pueblo? En ninguna manera. Porque
también yo soy Israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
- 11:2
- No ha desechado Dios á su pueblo, al cual antes conoció. ¿O no sabéis qué
dice de Elías la Escritura? cómo hablando con Dios contra Israel dice:
- 11:3
- Señor, á tus profetas han muerto, y tus altares han derruído; y yo he
quedado solo, y procuran matarme.
- 11:4
- Mas ¿qué le dice la divina respuesta? He dejado para mí siete mil hombres,
que no han doblado la rodilla delante de Baal.
- 11:5
- Así también, aun en este tiempo han quedado reliquias por la elección de
gracia.
- 11:6
- Y si por gracia, luego no por las obras; de otra manera la gracia ya no es
gracia. Y si por las obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es
obra.
- 11:7
- ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel aquello no ha alcanzado; mas la elección
lo ha alcanzado: y los demás fueron endurecidos;
- 11:8
- Como está escrito: Dióles Dios espíritu de remordimiento, ojos con que no
vean, y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy.
- 11:9
- Y David dice: Séales vuelta su mesa en lazo, y en red, Y en tropezadero, y
en paga:
- 11:10
- Sus ojos sean obscurecidos para que no vean, Y agóbiales siempre el
espinazo.
- 11:11
- Digo pues: ¿Han tropezado para que cayesen? En ninguna manera; mas por el
tropiezo de ellos vino la salud á los Gentiles, para que fuesen provocados á
celos.
- 11:12
- Y si la falta de ellos es la riqueza del mundo, y el menoscabo de ellos la
riqueza de los Gentiles, ¿cuánto más el henchimiento de ellos?
- 11:13
- Porque á vosotros hablo, Gentiles. Por cuanto pues, yo soy apóstol de los
Gentiles, mi ministerio honro.
- 11:14
- Por si en alguna manera provocase á celos á mi carne, e hiciese salvos á
algunos de ellos.
- 11:15
- Porque si el extrañamiento de ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué
será el recibimiento de ellos, sino vida de los muertos?
- 11:16
- Y si el primer fruto es santo, también lo es el todo, y si la raíz es
santa, también lo son las ramas.
- 11:17
- Que si algunas de las ramas fueron quebradas, y tú, siendo acebuche, has
sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de
la grosura de la oliva;
- 11:18
- No te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú á
la raíz, sino la raíz á ti.
- 11:19
- Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido.
- 11:20
- Bien: por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie.
No te ensoberbezcas, antes teme.
- 11:21
- Que si Dios no perdonó á las ramas naturales, á ti tampoco no perdone.
- 11:22
- Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en
los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad;
pues de otra manera tú también serás cortado.
- 11:23
- Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán ingeridos; que
poderoso es Dios para volverlos á ingerir.
- 11:24
- Porque si tú eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste
ingerido en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales,
serán ingeridos en su oliva?
- 11:25
- Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis
acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha
acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;
- 11:26
- Y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el
Libertador, Que quitará de Jacob la impiedad;
- 11:27
- Y este es mi pacto con ellos, Cuando quitare su pecados.
- 11:28
- Así que, cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros: mas
cuanto á la elección, son muy amados por causa de los padres.
- 11:29
- Porque sin arrepentimiento son las mercedes y la vocación de Dios.
- 11:30
- Porque como también vosotros en algún tiempo no creísteis á Dios, mas
ahora habéis alcanzado misericordia por la incredulidad de ellos;
- 11:31
- Así también éstos ahora no ha creído, para que, por la misericordia para
con vosotros, ellos también alcancen misericordia.
- 11:32
- Porque Dios encerró á todos en incredulidad, para tener misericordia de
todos.
- 11:33
- ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
- 11:34
- Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿ó quién fué su consejero?
- 11:35
- ¿O quién le dió á Él primero, para que le sea pagado?
- 11:36
- Porque de Él, y por Él, y en Él, son todas las cosas. A Él sea gloria por
siglos. Amén.
Capítulo 12
- 12:1
- ASÍ que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro
racional culto.
- 12:2
- Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de
vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta.
- 12:3
- Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre
vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que
piense de sí con templanza, conforme á la medida de la fe que Dios repartió á
cada uno.
- 12:4
- Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, empero todos
los miembros no tienen la misma operación;
- 12:5
- Así muchos somos un cuerpo en Cristo, mas todos miembros los unos de los
otros.
- 12:6
- De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada,
si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe;
- 12:7
- ó si ministerio, en servir; ó el que enseña, en doctrina;
- 12:8
- El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que
preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
- 12:9
- El amor sea sin fingimiento: aborreciendo lo malo, llegándoos á lo bueno;
- 12:10
- Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal; previniéndoos con
honra los unos á los otros;
- 12:11
- En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu; sirviendo al Señor;
- 12:12
- Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la
oración;
- 12:13
- Comunicando á las necesidades de los santos; siguiendo la hospitalidad.
- 12:14
- Bendecid á los que os persiguen: bendecid y no maldigáis.
- 12:15
- Gozaos con los que se gozan: llorad con los que lloran.
- 12:16
- Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes. No
seáis sabios en vuestra opinión.
- 12:17
- No paguéis á nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los
hombres.
- 12:18
- Si se puede hacer, cuanto está en vosotros, tened paz con todos los
hombres.
- 12:19
- No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira;
porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
- 12:20
- Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale
de beber: que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.
- 12:21
- No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal.
Capítulo 13
- 13:1
- TODA alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad
sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.
- 13:2
- Así que, el que se opone á la potestad, á la ordenación de Dios resiste: y
los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí.
- 13:3
- Porque los magistrados no son para temor al que bien hace, sino al malo.
¿Quieres pues no temer la potestad? haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
- 13:4
- Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme:
porque no en vano lleva el cuchillo; porque es ministro de Dios, vengador para
castigo al que hace lo malo.
- 13:5
- Por lo cual es necesario que le estéis sujetos, no solamente por la ira,
mas aun por la conciencia.
- 13:6
- Porque por esto pagáis también los tributos; porque son ministros de Dios
que sirven á esto mismo.
- 13:7
- Pagad á todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que pecho, pecho;
al que temor, temor; al que honra, honra.
- 13:8
- No debáis á nadie nada, sino amaros unos á otros; porque el que ama al
prójimo, cumplió la ley.
- 13:9
- Porque: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso
testimonio; no codiciarás: y si hay algún otro mandamiento, en esta sentencia
se comprende sumariamente: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
- 13:10
- La caridad no hace mal al prójimo: así que, el cumplimento de la ley es la
caridad.
- 13:11
- Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño;
porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos.
- 13:12
- La noche ha pasado, y ha llegado el día: echemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de luz,
- 13:13
- Andemos como de día, honestamente: no en glotonerías y borracheras, no en
lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia:
- 13:14
- Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne en sus
deseos.
Capítulo 14
- 14:1
- RECIBID al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas.
- 14:2
- Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come
legumbres.
- 14:3
- El que come, no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue al
que come; porque Dios le ha levantado.
- 14:4
- ¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó
cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle.
- 14:5
- Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días.
Cada uno esté asegurado en su ánimo.
- 14:6
- El que hace caso del día, hácelo para el Señor: y el que no hace caso del
día, no lo hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da
gracias á Dios; y el que no come, no come para el Señor, y da gracias á Dios.
- 14:7
- Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
- 14:8
- Que si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor
morimos. Así que, ó que vivamos, ó que muramos, del Señor somos.
- 14:9
- Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió á vivir, para ser
Señor así de los muertos como de los que viven.
- 14:10
- Mas tú ¿por qué juzgas á tu hermano? ó tú también, ¿por qué menosprecias á
tu hermano? porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo.
- 14:11
- Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda
rodilla, Y toda lengua confesará á Dios.
- 14:12
- De manera que, cada uno de nosotros dará á Dios razón de sí.
- 14:13
- Así que, no juzguemos más los unos de los otros: antes bien juzgad de no
poner tropiezo ó escándalo al hermano.
- 14:14
- Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo nada hay inmundo: mas á
aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para Él es inmunda.
- 14:15
- Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas
conforme á la caridad. No arruines con tu comida á aquél por el cual Cristo
murió.
- 14:16
- No sea pues blasfemado vuestro bien:
- 14:17
- Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo
por el Espíritu Santo.
- 14:18
- Porque el que en esto sirve á Cristo, agrada á Dios, y es acepto á los
hombres.
- 14:19
- Así que, sigamos lo que hace á la paz, y á la edificación de los unos á
los otros.
- 14:20
- No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas á la
verdad son limpias: mas malo es al hombre que come con escándalo.
- 14:21
- Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano
tropiece, ó se ofenda ó sea debilitado.
- 14:22
- ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que
no se condena á sí mismo con lo que aprueba.
- 14:23
- Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque no comió por
fe: y todo lo que no es de fe, es pecado.
Capítulo 15
- 15:1
- ASÍ que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los
flacos, y no agradarnos á nosotros mismos.
- 15:2
- Cada uno de nosotros agrade á su prójimo en bien, á edificación.
- 15:3
- Porque Cristo no se agradó á sí mismo; antes bien, como está escrito: Los
vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.
- 15:4
- Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron
escritas; para que por la paciencia, y por la consolación de las Escrituras,
tengamos esperanza.
- 15:5
- Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros
seáis unánimes según Cristo Jesús;
- 15:6
- Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
- 15:7
- Por tanto, sobrellevaos los unos á los otros, como también Cristo nos
sobrellevó, para gloria de Dios.
- 15:8
- Digo, pues, que Cristo Jesús fué hecho ministro de la circuncisión por la
verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas á los padres,
- 15:9
- Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como está
escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu nombre.
- 15:10
- Y otra vez dice: Alegraos, Gentiles, con su pueblo.
- 15:11
- Y otra vez: Alabad al Señor todos los Gentiles, Y magnificadle, todos los
pueblos.
- 15:12
- Y otra vez, dice Isaías: Estará la raíz de Jessé, Y el que se levantará á
regir los Gentiles: Los Gentiles esperarán en Él.
- 15:13
- Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que
abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
- 15:14
- Empero cierto estoy yo de vosotros, hermanos míos, que aun vosotros mismos
estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podáis
amonestaros los unos á los otros.
- 15:15
- Mas os he escrito, hermanos, en parte resueltamente, como amonestándoos
por la gracia que de Dios me es dada,
- 15:16
- Para ser ministro de Jesucristo á los Gentiles, ministrando el evangelio
de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles sea agradable, santificada por el
Espíritu Santo.
- 15:17
- Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que mira á Dios.
- 15:18
- Porque no osaría hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí para
la obediencia de los Gentiles, con la palabra y con las obras,
- 15:19
- Con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios: de
manera que desde Jerusalem, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado
todo del evangelio de Cristo.
- 15:20
- Y de esta manera me esforcé á predicar el evangelio, no donde antes Cristo
fuese nombrado, por no edificar sobre ajeno fundamento:
- 15:21
- Sino, como esta escrito: A los que no fué anunciado de Él, verán: Y los
que no oyeron, entenderán.
- 15:22
- Por lo cual aun he sido impedido muchas veces de venir á vosotros.
- 15:23
- Mas ahora no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir á
vosotros muchos años há,
- 15:24
- Cuando partiere para España, iré á vosotros; porque espero que pasando os
veré, y que seré llevado de vosotros allá, si empero antes hubiere gozado de
vosotros.
- 15:25
- Mas ahora parto para Jerusalem á ministrar á los santos.
- 15:26
- Porque Macedonia y Acaya tuvieron por bien hacer una colecta para los
pobres de los santos que están en Jerusalem.
- 15:27
- Porque les pareció bueno, y son deudores á ellos: porque si los Gentiles
han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos
servirles en los carnales.
- 15:28
- Así que, cuando hubiere concluído esto, y les hubiere consignado este
fruto, pasaré por vosotros á España.
- 15:29
- Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de la bendición
del evangelio de Cristo.
- 15:30
- Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la
caridad del Espíritu, que me ayudéis con oraciones por mí á Dios,
- 15:31
- Que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi
servicio á los santos en Jerusalem sea acepta;
- 15:32
- Para que con gozo llegue á vosotros por la voluntad de Dios, y que sea
recreado juntamente con vosotros.
- 15:33
- Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.
Capítulo 16
- 16:1
- ENCOMIÉNDOOS empero á Febe nuestra hermana, la cual es diaconisa de la
iglesia que está en Cencreas:
- 16:2
- Que la recibáis en el Señor, como es digno á los santos, y que la ayudéis
en cualquiera cosa en que os hubiere menester: porque ella ha ayudado á
muchos, y á mí mismo.
- 16:3
- Saludad á Priscila y Aquila, mis coadjutores en Cristo Jesús;
- 16:4
- (Que pusieron sus cuellos por mi vida: á los cuales no doy gracias yo
sólo, mas aun todas las iglesias de los Gentiles;)
- 16:5
- Asimismo á la iglesia de su casa. Saludad á Epeneto, amado mío, que es las
primicias de Acaya en Cristo.
- 16:6
- Saludad á María, la cual ha trabajado mucho con vosotros.
- 16:7
- Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la
cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también
fueron antes de mí en Cristo.
- 16:8
- Saludad á Amplias, amado mío en el Señor.
- 16:9
- Saludad á Urbano, nuestro ayudador en Cristo Jesús, y á Stachîs, amado
mío.
- 16:10
- Saludad á Apeles, probado en Cristo. Saludad á los que son de Aristóbulo.
- 16:11
- Saludad á Herodión, mi pariente. Saludad á los que son de la casa de
Narciso, los que están en el Señor.
- 16:12
- Saludad á Trifena y á Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad á
Pérsida amada, la cual ha trabajado mucho en el Señor.
- 16:13
- Saludad á Rufo, escogido en el Señor, y á su madre y mía.
- 16:14
- Saludad á Asíncrito, y á Flegonte, á Hermas, á Patrobas, á Hermes, y á los
hermanos que están con ellos.
- 16:15
- Saludad á Filólogo y á Julia, á Nereo y á su hermana, y á Olimpas, y á
todos los santos que están con ellos.
- 16:16
- Saludaos los unos á los otros con ósculo santo. Os saludan todas las
iglesias de Cristo.
- 16:17
- Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos
contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.
- 16:18
- Porque los tales no sirven al Señor nuestro Jesucristo, sino á sus
vientres; y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los
simples.
- 16:19
- Porque vuestra obediencia ha venido á ser notoria á todos; así que me gozo
de vosotros; mas quiero que seáis sabios en el bien, y simples en el mal.
- 16:20
- Y el Dios de paz quebrantará presto á Satanás debajo de vuestros pies. la
gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con vosotros.
- 16:21
- Os saludan Timoteo, mi coadjutor, y Lucio y Jasón y Sosipater, mis
parientes.
- 16:22
- Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.
- 16:23
- Salúdaos Gayo, mi huésped, y de toda la iglesia. Salúdaos Erasto, tesorero
de la ciudad, y el hermano Cuarto.
- 16:24
- La gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
- 16:25
- Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de
Jesucristo, según la revelación del misterio encubierto desde tiempos eternos,
- 16:26
- Mas manifestado ahora, y por las Escrituras de los profetas, según el
mandamiento del Dios eterno, declarado á todas las gentes para que obedezcan á
la fe;
- 16:27
- Al sólo Dios sabio, sea gloria por Jesucristo para siempre. Amén. Fué
escrita de Corinto á los Romanos, enviada por medio de Febe, diaconisa de la
iglesia de Cencreas.
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LA BIBLIA:
VERSIÓN REINA-VALERA DE 1909